lunes, 29 de mayo de 2017

Reforma borbonica
Con la muerte de Carlos II -último rey de la dinastía de los Austrias en España- estalló el año 1700 una guerra de sucesión que se debió a la falta de un heredero al trono. Este conflicto involucró a las grandes potencias europeas de la época. Gracias a la alianza con sus parientes de Francia, Felipe V de Anjou pudo hacerse del trono en España (1701), en desmedro de las pretensiones austríacas. Tal estado de cosas fue ratificado en el Tratado de Utrecht de 1713, inaugurándose así los reinados de la dinastía borbónica en España y en su imperio colonial.
Los desafíos de la nueva casa monárquica estarán encaminados hacia la recuperación del prestigio y del poder político, muy disminuidos en relación al de las potencias rivales europeas, en especial Inglaterra. A lo
largo de todo el siglo XVIII los reyes y ministros destinaron sus esfuerzos a tres grandes objetivos: mejorar la organización interna del imperio, aumentar los ingresos de la corona y reforzar las defensas de todas las posesiones españolas.
Durante todo el siglo XVII, los americanos se habían gobernado con amplia autonomía de la metrópoli, y la administración de las colonias americanas también evidenciaba este proceso. Una consecuencia particularmente grave de esta situación era que España recibía cada vez menos beneficios económicos de sus colonias.
Por esta razón, cuando los Borbones llegaron al trono, emprendieron una ambiciosa política de reformas políticas, militares, eclesiásticas y económicas, cuyo objetivo era “reconquistar” las posesiones ultramarinas. Esta reconquista se organizó bajo principios absolutistas que los Borbones habían impuesto en Francia. Las medidas se centraron en dos aspectos principales: la centralización de la monarquía, es decir, la concentración del poder en el rey, la corte y los ministros de Estado; y el afán por uniformizar la estructura política y administrativa de sus dominios. Por ejemplo, los Borbones sustituyeron el sistema de consejos (como el Consejo de Indias) a favor de administradores que respondían a las órdenes exclusivas del rey.
Aunque las bases de las reformas borbónicas estuvieron sentadas desde 1743, éstas llegaron a su apogeo entre 1776 y 1786. El monarca Carlos III fue el que emprendió mayor cantidad de medidas reformistas más ambiciosas. Apremiado por la creciente competencia de otras potencias coloniales, y ante las numerosas dificultades para hacerse obedecer en América, decidió modificar drásticamente el sistema de administración. Las reformas fueron en ámbitos administrativo, judicial, eclesiástico y comercial.

Resultado de imagen para reformas borbonicas




No hay comentarios.:

Publicar un comentario